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viernes, 7 de mayo de 2010

Intolerancia a la lactosa

ORIGEN: http://saludyalimentacion.consumer.es/intolerancia-a-la-lactosa-al-completo


INTRODUCCIÓN


La lactosa es el azúcar que se encuentra de forma natural en la leche. Para digerirla, el organmismo humano precisa de la enzima lactasa que se produce normalmente en la mucosa intestinal, y que transforma la lactosa en unidades más pequeñas (glucosa y galactosa). La intolerancia a la lactosa se debe a la disminución o ausencia de lactasa en el conducto digestivo. La causa de intolerancia a la lactosa puede ser congénita, por un error del metabolismo bastante raro, en el que la lactasa falta desde el nacimiento, o adquirida. Esta última puede ser parcial o total y puede iniciarse en la infancia, adolescencia o en la edad adulta. Puede deberse a una disminución progresiva de lactasa en las células de la mucosa intestinal a partir de los dos o tres años de edad, sin que se conozca la causa, o como consecuencia de una agresión a la mucosa intestinal por un virus, bacterias, antibióticos o quimioterapia, diarreas infecciosas, enfermedad inflamatoria intestinal crónica, enfermedad celíaca, ingesta excesiva de alcohol, etc.

Los síntomas suelen aparecer de los 30 minutos a las 2 horas después de haber ingerido alimentos que contengan lactosa, generalmente acompañados de flatulencia, cólico intestinal y diarrea. Los síntomas desaparecen entre 3 y 6 horas más tarde. Estos se deben a que la lactosa no digerida en el intestino delgado, pasa al grueso y allí es fermentada por las bacterias de la flora intestinal produciendo hidrógeno y otros gases.



MÁS INFORMACIÓN

Fundación de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Amigos de la Fundación):

Apdo. Correos 947 FD. 08080 BARCELONA

Página web: www.seaic.es

Correo electrónico: seaic@seaic.es




LA RESPUESTA MÉDICA


Los alimentos pueden provocar, en determinados casos, reacciones adversas que afectan a la salud del individuo que las padece. Dichas reacciones pueden ser tóxicas; de intolerancia debidas la mayoría de veces a alteraciones enzimáticas o de causa desconocida (estas reacciones son las mas frecuentes); e inmunológicas (en ella se incluyen las típicas reacciones alérgicas y otros procesos de causa inmunológica como la intolerancia a la lactosa).

La conducta a seguir frente a un cuadro sospechoso de intolerancia a la lactosa es el siguiente: en primer lugar debe hacerse un diagnóstico de seguridad, lo cual se consigue a través de una historia clínica detallada y dirigida y la realización de pruebas diagnósticas que incluyen pruebas cutáneas, de laboratorio y de provocación o dietas de exclusión. El tratamiento de base consiste en la evitación del alimento responsable de provocar la respuesta adversa. El tratamiento de los síntomas aparecidos en el curso de la intolerancia depende de las características de cada cuadro en particular.




LA RESPUESTA DIETÉTICA


La solución dietética es sencilla: prescindir por completo de la leche y productos que la contengan, ya que no existe ningún tratamiento para aumentar la habilidad del organismo para producir lactasa. Sin embargo, cuando la deficiencia de lactasa es parcial, se pueden tomar pequeñas cantidades de leche (máximo un vaso, según tolerancia) sin que se produzcan trastornos.

Otra opción es tomar leche baja en lactosa de reciente aparición en el mercado o consumir yogur o queso.

Conviene estudiar a partir de qué cantidad de leche se producen los síntomas, para tomar una cantidad menor. Incluso una cantidad de leche no tolerada, repartida en dos o más tomas al día, puede -en muchos casos- no provocar intolerancia. Unas personas pueden sufrir los síntomas característicos después de beber un vaso de leche, mientras que otras pueden beber un vaso, pero no dos. Otras pueden tomar helados y algunos tipos de yogures o quesos, pero no otra clase de derivados lácteos. El control a través de la dieta depende del aprendizaje de cada persona a través de ensayos de prueba y error.

Los adultos pueden tolerar de unos 100 a 200 mililitros de leche en una sola toma (unos 5 - 10 gramos de lactosa), aunque no conviene superar el límite de alimentos que contengan lactosa de la que puedan tolerar.

Otra línea de tratamiento se basa en tomar preparados orales de lactasa en el momento de la toma de alimentos con lactosa.




RECOMENDACIONES DIETÉTICAS


- Llevar a cabo una alimentación variada y equilibrada, para asegurar que no se produzca déficit de calcio en todos aquellos nutrientes que participan en la composición de huesos y dientes.

- Asegurar la ingesta diaria de dos raciones de alimentos ricos en calcio: leche sin lactosa, leche de soja, yogur o queso (según tolerancia).

- Incluir en la dieta algunos tipos de queso como el manchego curado y el roquefort que constituyen una buena fuente de calcio con un mínimo contenido en lactosa.

- Incluir otros alimentos ricos en calcio: pescados que se puedan comer con espina (sardinas en lata, anchoas...), legumbres, frutos secos, soja y derivados.

- El calcio solamente se usa y es absorbido cuando existe suficiente cantidad de vitamina D en el organismo. Dicha vitamina se encuentra en huevos y pescado.

- Tratar de hacer variada y atractiva la comida incluyendo leche de soja o leche baja en lactosa en la elaboración de numerosos platos: croquetas, bechamel, cremas de verdura, salsas diversas, postres caseros, batidos de frutas y leche, etc.




ALIMENTOS ACONSEJADOS, PERMITIDOS Y LIMITADOS


ALIMENTOS ACONSEJADOS

- Leche y sustitutos: Leche sin lactosa (venta en farmacias), leche de soja o leche tratada con lactasa. Productos derivados de la leche de soja como el tofu y los postres.

- Carnes, huevos y sus derivados: Todos, salvo los indicados en "alimentos a excluir". Preferir carnes magras.

- Cereales, patatas y legumbres: Todos salvo los indicados en "alimentos a excluir". Galletas y magdalenas que no contengan lactosa, papillas infantiles no lacteadas.

- Verduras y hortalizas: Todas. Al menos una ensalada al día.

- Frutas: Todas, tratando de incluir un cítrico al día.

- Bebidas: Agua, caldos, infusiones, zumos naturales.

- Grasas: Aceites de oliva y semillas (girasol, maíz, soja...), mantequilla, margarina 100% vegetal (que señalen que no lleva leche)

- Otros productos: Chocolate puro, horchata natural, polos.



ALIMENTOS PERMITIDOS (según tolerancia)

- Leche y lacteos: Leche baja en lactosa, yogur, quesos curados, queso en porciones o en lonchas (ver etiquetado), otras leches fermentadas como el kéfir.

- Carnes: Semigrasas, jamón serrano y fiambres magros.

- Bebidas: Café, descafeinado, refrescos, bebidas alcohólicas de baja graduación (cerveza, vino, sidra), según costumbre.



ALIMENTOS A EXCLUIR DE LA DIETA (según tolerancia)

- Leche y derivados: Leche, queso fresco, cuajada, petit suisse y otros lácteos (natilla, flan, arroz con leche, postres lácteos que no necesitan frío...), batidos de sabores.

- Carnes y derivados: Charcutería (salchichas comerciales y embutidos, etc.).

- Cereales, patatas y derivados: Purés y sopas elaborados o enriquecidos con leche o lácteos. Pastelería y repostería: crepes, bollos, bizcochos, galletas, pastas, etc.

- Bebidas: Bebidas alcohólicas.

- Grasas: Mantequilla, nata, margarinas sin especificar si son vegetales 100% o llevan contenido animal o leche.

- Otros productos que incluyan entre sus ingredientes:

- Leche de vaca: chocolate con leche, sugus, productos de bollería, pastelería y repostería rellenas.




CONOCE ALGO MÁS


PREGUNTAS CON RESPUESTA

¿Todas las personas con intolerancia a la lactosa pueden tomar yogur?

La mayoría de ellas toleran la poca cantidad de lactosa que contiene, por lo que es especialmente interesante que éstas personas introduzcan este alimento como principal fuente de calcio, junto con quesos curados. Esto es posible, ya que las bacterias que intervienen en la fermentación del yogur poseen enzimas necesarias para digerir la lactosa propia de la leche y, por tanto, el proceso de digestión comienza ya en el propio yogur por lo que la absorción intestinal es mucho más fácil. Además, al ser un producto más viscoso se ralentiza el vaciado gástrico lo que aumenta el tiempo que la poca lactasa intestinal y las bacterias del yogur tienen para actuar sobre la lactosa.

¿Es lo mismo tomar yogur que postres lácteos que no necesitan frío, en caso de intolerancia a la lactosa?

Una de las características beneficiosas del yogur es que contiene enzimas como la lactasa que está contenida en las bacterias propias de dicho producto. Los postres lácteos que no necesitan frío han sido tratados térmicamente, por lo que han desaparecido totalmente las bacterias, y por tanto no ejercen los mismos efectos beneficiosos que el yogur. Sin embargo, se ha comprobado que aunque estos productos no mejoran los síntomas tampoco los empeoran y ello parece deberse a que el tiempo de tránsito intestinal es mayor con estos productos que con la leche.

¿Puede aparecer intolerancia a la lactosa en personas mayores?

La cantidad de lactasa en la mucosa intestinal va disminuyendo con la edad, por lo que es relativamente frecuente que aparezca sintomatología típica en edades avanzadas hasta en un 15% ó 20% de la población. Este es el principal motivo por el que muchas personas mayores abandonan el consumo de leche, lo que resulta sumamente problemático ya que pierden una fuente esencial de calcio. Por ello, es preciso incluir alimentos alternativos como yogures o quesos, que cubran las necesidades diarias de este mineral, necesario para el mantenimiento de la estructura ósea, sin que aparezcan problemas por mala digestión de lactosa.

DEBATE, HABLAN LOS CIENTÍFICOS

En Europa, la frecuencia de individuos deficientes en lactasa varia dentro de amplios límites. Alrededor del 15% de la población española es intolerante a la lactosa, si bien no se encuentran cifras oficiales ya que existen muchos casos de intolerancia a la lactosa de distinta intensidad sin diagnosticar al no considerarse como una patología. Se sabe que hay ciertos grupos étnicos donde la incidencia es mucho mayor: el 75% de los afro-americanos y el 90% de los asio-americanos son intolerantes a la lactosa.

Ensayada con éxito una terapia génica en intolerancia a la lactosa. Aproximadamente la mitad de la población mundial posee una actividad reducida de la lactasa, lo que incapacita para tolerar la lactosa. La administración de b-galactosidasa, una enzima que ayuda a digerir la lactosa, puede ser una solución. El doctor Mathew During y sus colegas del Jefferson Medical College de Filadelfia, en Estados Unidos, hicieron experimentos con una terapia génica como una solución potencial a largo plazo para la intolerancia a la lactosa. Insertaron un gen, llamado beta-galactosidasa, en un vector viral y administraron el conjunto a través de sonda tubo gástrica a ratas de laboratorio. El gen se incorporaba a las paredes de las células del tracto gastrointestinal de las ratas, permitiéndoles metabolizar la lactosa. Los científicos han avanzado considerablemente en la superación de los dos principales obstáculos en la terapia génica, consiguiendo la total expresión del gen en los tejidos predeterminados, además de una función a largo plazo. También se midió la producción de la enzima durante cuatro meses después de la primera administración y los resultados fueron positivos.

¿CÓMO COCINAR Y CONDIMENTAR?

- Preferir aquellas técnicas culinarias que menos grasa aportan a los alimentos: con agua -cocido o hervido, vapor y escalfado-, rehogado, plancha, horno y papillote.

- Utilizar moderadamente fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados (desgrasar en frío, ya que mejora su conservación y su calidad nutricional).

- Para que la comida resulte más apetitosa se pueden emplear diversos condimentos: albahaca, hinojo, comino, estragón, laurel, tomillo, orégano, perejil, mejorana, pimienta, pimentón, azafrán...

- El vinagre y el aceite (oliva y semillas) pueden ser macerados con hierbas aromáticas.

- En la elaboración de salsas, los vinos u otras bebidas alcohólicas como ingrediente flambeados pueden hacer más sabrosas diversas recetas.

ADEMÁS... (no todo es comer)

- La exposición controlada a los rayos del sol contribuye a la síntesis debajo de la piel de vitamina D, por lo que la mejor forma de conseguirla es pasear en días de sol.

- La practica regular de ejercicio físico adaptado a las características de cada persona favorece el mantenimiento de la densidad ósea.

- La lactosa se utiliza como bases de más del 20% de los medicamentos con receta y del 6% de los medicamentos sin receta. Sin embargo estos productos sólo afectan a personas con intolerancia severa a la lactosa.

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