ORIGEN: http://www.compumedicina.com/noticias/not_1360.htm
Investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Emory en Atlanta, emprendieron recientemente el estudio clínico más completo realizado hasta ahora en la población para estudiar a pacientes con el síndrome de fatiga crónica (SFC).
La investigación cuenta con aproximadamente 90 pacientes de Atlanta que participarán en un estudio clínico de tres días realizado en las instalaciones del hospital. Los investigadores esperan que la información obtenida en el estudio les permita entender mejor la forma en que este síndrome afecta a las personas y descubrir tratamientos más eficaces.
"Estamos aprendiendo mucho sobre la complejidad del síndrome de fatiga crónica", dijo William C. Reeves, M.D., director del Programa de Investigación del Síndrome de Fatiga Crónica de los CDC. "El inicio de este estudio de investigación conjunta con la Universidad de Emory nos ayudará a obtener una imagen más clara de la forma en que el SFC afecta a las personas y podría ayudar a descubrir un tratamiento más eficaz para los pacientes con SFC".
Cada participante seleccionado permanecerá por tres días en el Centro de Investigaciones Clínicas del Hospital General de la Universidad de Emory (GCRC, por sus siglas en inglés). A los participantes se les tomarán muestras de sangre y de saliva en repetidas ocasiones y serán sometidos a pruebas computarizadas e imágenes de resonancia magnética funcionales (IRMf) del cerebro. Se espera completar el estudio en 1 año.
El síndrome de fatiga crónica, una afección que se caracteriza por fatiga, problemas de la memoria y dolor, puede ser más común de lo que se creía. Los expertos calculan que entre uno y cuatro millones de personas en los Estados Unidos sufren del SFC. Desafortunadamente, se calcula que el 80 por ciento de los pacientes con SFC no han recibido todavía un diagnóstico médico de la enfermedad.
El estudio conjunto de CDC-Emory está diseñado para evaluar los mecanismos de la enfermedad con una concentración en los cambios de la regulación hormonal y del sistema inmunitario, así como en las alteraciones de los circuitos cerebrales que participan en la función cognitiva y la fatiga mental. También se ahondará en los aspectos moleculares y genéticos de estas alteraciones.
"Creemos que esta investigación nos ayudará a entender mejor las causas del SFC, tanto desde el punto de vista sicológico como biológico", dijo Andrew Miller, M.D., profesor de siquiatría y ciencias del comportamiento de Emory y el investigador principal del estudio. "Consideramos que este estudio abrirá las puertas para que podamos en el futuro encontrar mejores formas de diagnosticar y tratar el síndrome de fatiga crónica".
SFC: el gran impacto en la salud pública
Se calcula que tan solo la mitad de los pacientes con SFC han buscado atención médica y menos de uno en cinco han recibido un diagnóstico y tratamiento. Esta es una causa de especial preocupación ya que el tratamiento temprano puede relacionarse con una tasa significativamente más alta de recuperación. A menudo, los pacientes reportan síntomas como sentirse cansados y tener dificultad para dormir o concentrarse, que pueden también estar relacionados con otras afecciones.
"Con frecuencia el SFC es difícil de diagnosticar y los médicos identifican la enfermedad con base en los síntomas reportados por los pacientes", indicó el Dr. Reeves. "No se cuenta con una prueba de laboratorio específica para identificar la enfermedad, y el diagnóstico a menudo se hace a través de un proceso de eliminación de otras causas que pueden explicar los signos y síntomas del paciente", también afirmó.
El síndrome de fatiga crónica se presenta con más frecuencia en mujeres entre los 40 y 60 años, pero afecta a personas de todas las razas, sexos y edades, además, puede ser tan discapacitante como la esclerosis múltiple y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Esta afección también puede tener un tremendo impacto en la vida personal y social de los pacientes y sus familias y un cuarto de personas afectadas por el SFC se encuentran bien sea sin empleo o recibiendo servicios por discapacidad.
"Los estudios de impacto económico que hemos realizado muestran que una familia en la que una persona ha sido diagnosticada con el SFC puede perder anualmente hasta $20,000 en ganancias o sueldo, y que un cuarto de las personas están discapacitadas o no tienen empleo debido a la enfermedad", explica Reeves. "Es un grave problema de salud pública".
Fuente: Nota de prensa CDC
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