ORIGEN: http://fibromialgico.blogspot.com/2010/10/me-siento-mal.html
Yo siempre fui una niña muy activa. Bailé ballet desde los 7 años, fui gimnasta, estuve en la banda de mi colegio, jugaba voleibol y en general solía estar involucrada en todo tipo de actividades. Yo me casé y empecé a tener hijos muy joven. Afortunadamente, mis primeros años de vida laboral, tenía horarios regulares y mis niveles de estrés no eran muy altos. Esto me permitió manejar al mismo tiempo mis hijos, mi trabajo, mi casa, etc.
Sin embargo, siempre recuerdo que con frecuencia me sentía muy cansada, y pensaba que se debía a todas las cosas que hacía, y simplemente ignoraba mi cansancio porque pensaba que podía hacerlo, considerándome joven y fuerte, ya que estaba entre mis 21 y 26 años. Luego empecé a tener dolores de espalda y los médicos decían que se debía a las caídas que había sufrido cuando bailaba ballet y hacía gimnasia de competencia. Así que tomaba medicamentos para aliviar los dolores. De repente me percaté de que muchas veces (no todo el tiempo) sentía un malestar generalizado, pero no podía decir a ciencia cierta que me doliera específicamente algo, y nuevamente ignoraba mi malestar, y como madre joven que era, ponía por delante las necesidades y el bienestar de mis pequeños, que por cierto eran sumamente activos.
Después de un tiempo, de sentirme cansada, con dolor de espalda, estresada por los niños y con aquel malestar indescriptible, cuando estaba teniendo un mal día lo único que podía decir era “me siento mal”. Esta frase llegó a convertirse en mi mantra. Al extremo de que faltaba al trabajo con alguna frecuencia, prefería quedarme en casa en lugar de hacer actividades al aire libre o de repente me encontraba simplemente en cama, porque no sabía que mas hacer para sentirme mejor. Y recuerdo que mi esposo llegó a reclamarme varias veces que “yo siempre me sentía mal”.
Cuando miro hacia atrás en retrospectiva, me doy cuenta de que probablemente empecé a tener una fibromialgia leve a muy temprana edad, pero en esa época (estamos hablando de los años 80 y principio de los 90), las personas con estos síntomas eran mas bien diagnosticadas con depresión, ansiedad y trastornos sicosomáticos, así es que por supuesto terminé tomando antidepresivos, lo cual en realidad si me ayudaban con mi malestar emocional, pero no totalmente con mi malestar físico.
De hecho, la fibromialgia apenas empezó a ser reconocida como enfermedad por la OMS a partir de 1992, y en muchos países quizás solo los reumatólogos tenían conocimientos de esta condición. Yo fui diagnosticada formalmente en el 2004 y recuerdo que en muchas ocasiones me tocó decirles a médicos de otras especialidades que yo tenía fibromialgia, y para mi asombro su respuesta era ¿y eso que es?
Antes de ser diagnosticada, sufrí síndrome de latigazo por accidente de tránsito, caídas, y algunas lesiones en cuello y espalda, todas supuestamente resueltas y controladas con fisioterapia. Sin embargo, mi malestar “me siento mal” nunca me abandonó y decidí dejar los antidepresivos, porque a mi parece no los necesitaba; después de algunos meses, mi malestar se incrementó y los dolores que ya eran mas focalizados, hasta que se volvieron tan severos que llegué a pensar que tenía alguna enfermedad super seria, incurable o terminal; y después de innumerables exámenes y de descartar problemas con tiroides, lupus y otros desórdenes inmunológicos, me remitieron a un Reumatólogo que me diagnosticó apropiadamente con fibromialgia.
Definitivamente, el viaje hacia el diagnóstico de fibromialgia ha sido largo para muchas personas, sobre todo si han estado enfermas desde las épocas que he mencionado. Lo triste y delicado para mi, es que ahora la fibromialgia es tan conocida, que cuando un paciente llega con un dolor donde un médico no reumatólogo, muchos terminan diagnosticando fibromialgia, porque es lo mas fácil, como antes lo era hablar de depresión, ansiedad y trastornos sicosomáticos. Hay que ser cuidadosos cuando recibimos un diagnóstico de fibromialgia de un médico que no sea reumatólogo y que no haya descartado previamente otros padecimientos que se pueden presentar con los mismos síntomas que la fibromialgia, o en los cuales, la fibromialgia pueda ser secundaria al trastorno, como el lupus por ejemplo, que requiere de tratamiento médico especial para evitar su avance y los daños a nuestros órganos internos. Tratar estas enfermedades tan severas con Lyrica o relajantes musculares, no ayuda en nada y la falta de tratamiento solo permitiría que se cause mayor perjuicio a nuestra salud.
Siempre le menciono esto a las personas con quienes converso, porque últimamente observo que mucha gente es diagnosticada con fibromialgia por neurólogos, ortopedas y hasta médicos de medicina interna, y realmente mi recomendación es que se aseguren de que les realicen todos los exámenes necesarios para descartar otras afecciones y tener la certeza de que no tenemos algo adicional a la fibromialgia.
Y tu de que médico recibiste tu diagnóstico? Te hicieron pruebas para descartar otras dolencias? Conoces algún caso que haya sido diagnosticado con fibromialgia equivocadamente? Tienes alguna otra afección además de la fibromialgia? Déjanos conocer tus comentarios.
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